Hay edificios que caracterizan y distinguen a sectores urbanos o ciudades enteras. Uno de ellos es el Palacio Ferreyra de la ciudad de Córdoba.
Ubicado entre las calles Chacabuco, Ituzaingó, Derqui, Larrañaga e Hipólito Yrigoyen de Barrio Nueva Córdoba, fue construido para residencia familiar del médico cirujano Martín Ferreyra, comenzándose la obra 1912 e inaugurándose 4 años más tarde.
La "casa grande", como era denominada en esa época, se erigió con un estilo Luis XVI, con ritmos y proporciones del estilo Imperio, y fue diseñada el arquitecto parisino Ernest Paul Sanson (1836-1918), quien trabajó con su equipo de artistas, escultores, expertos en bronce, entre otras especialidades. Es de destacar que Sanson nunca vino a Córdoba, eligiendo al ingeniero argentino Carlos Agote para que llevara adelante la construcción. La misma se distribuyó en 3 pisos y un subsuelo.
La planta baja estaba destinada para la actividad social (salones, comedor, biblioteca, jardín de invierno, escritorio y sala de billar), girando en torno al hall principal con su escalera imperial, que ocupa el centro de la composición. En el primer piso se ubicaron los dormitorios de la familia, mientras que el segundo piso se destinó a dormitorios para los huéspedes. En el subsuelo se ubicó la cocina, depósito, caldera, bodega y dormitorios para los empleados.
En total, la casa contaba con 35 dormitorios y 19 baños.
El imponente portón de ingreso es de hierro fraguado de estilo clasicista monárquico de Luis XIV, el que es acompañado por una fina verja con adornos de fundición artística que rodea toda la manzana.
Martín Ferreyra se mudó allí con su esposa y 7 hijos, pero no pudo disfrutarla mucho, ya que falleció en 1918.
A medida que la familia se ampliaba todos se quedaban en la casa. Hasta que finalmente, en la década de 1940, las distintas ramas de la familia comenzaron a marcharse, dejando la casa la última integrante en 2004, año en el que se comenzó el proceso de expropiación para convertirlo en museo.
Años más tarde se llevó a cabo su refuncionalización, la que fue diseñada por el estudio GGMPU (Gramática, Morini, Pisani, Urtubey), ganador de varios premios internacionales.
Al transformarse en espacio público, con el nombre de Museo Superior de Bellas Artes Evita, se tuvo en cuenta su funcionalidad, garantizando su tránsito interno, la seguridad de las piezas exhibidas y de sus espectadores.
Entre los detalles de la refuncionalizaicón se mencionan las 14 salas de exhibición, ascensores, una biblioteca y un espacio de encuentro y comidas.
Un tema para destacar es el jardín, que fuera diseñado por el arquitecto paisajista Carlos Thays, destacándose la elección de una amplia variedad de plantas (acacias, eucaliptos, jacarandás, plátanos y palmeras), colocadas conformando una pantalla visual ondulante. La vegetación se acompañó de bancos, estatuas y fuentes, donde prevalecía el lenguaje francés.
Los elementos ornamentales fueron con el tiempo trasladados, dejando desamparada la riqueza ornamental de su diseño.
El Palacio Ferreyra fue considerado por el célebre historiador inglés Nikolaus Pevsner en 1960 como el mejor de la Argentina y único en el mundo en su género, comparándolo con suntuosos palacios de la campiña inglesa.
Bibliografía:
- Guías de arquitectura Latinoamericana : Córdoba . 1a. ed. Buenos Aires : Arte Gráfico Editorial Argentino : Clarín, 2008.
- Moya, Daniel. Sorpresa detrás de las puertas del palacio. En: Arq No. 288 (Febrero 2008).
- Patrimonio arquitectónico de los argentinos. Buenos Aires : Sociedad Central de Arquitectos, Instituto Argentino de Investigaciones en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, 1982.
- Guías de arquitectura Latinoamericana : Córdoba . 1a. ed. Buenos Aires : Arte Gráfico Editorial Argentino : Clarín, 2008.
- Moya, Daniel. Sorpresa detrás de las puertas del palacio. En: Arq No. 288 (Febrero 2008).
- Patrimonio arquitectónico de los argentinos. Buenos Aires : Sociedad Central de Arquitectos, Instituto Argentino de Investigaciones en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, 1982.
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